La Negra Federal

Rock en Baradero – Día 3, lunes 24 de febrero – Somos una mezcla rara

Tercera y última jornada de la sexta edición del festival bonaerense que tuvo nuevamente localidades agotadas entre una variopinta oferta de géneros. El festival comenzó bien temprano por la tarde en el espacio Monster con la presencia de Constante Tensión, banda local con más de dos décadas de experiencia, que presentó su nuevo disco, anticipando el show que compartirán con los españoles de Barón Rojo en abril. Lo que siguió sobre el escenario fueron claros ejemplos de la llamada renovación en el rock (y todas sus variantes). La Máquina Quántica (con mucho power y seguidores), Lxs Familia (hip hop), Gauchito Club (indie tropical) y Todo Aparenta Normal (rock alternativo) fueron todos un cúmulo de interés para los curiosos y fanáticos que disfrutaron de cada uno de ellos. Por la noche, Rivales, Mamita Peyote (los rosarinos arremeten con un mix de rocksteady, reggae, ska-jazz, rumba, cumbia & rock muy interesante) y el cierre de La Movida a pura fiesta, aseguraron la presencia permanente del público frente al escenario menor.

La otra agrupación local fue Mezcal Roots con su reggae & rock desde el escenario Spotify. Allí mismo, Bestia Bebé y su alternatividad barrial le dio paso al ascendente Acru, rapero con raíces rockeras que captó la atención de conocidos y desconocidos de su propuesta. Luego vendría la seguidilla funk de la mano de Militantes del Climax y Mustafunk, ambas referentes del género, hicieron bailar hasta al más parco. El punk tuvo su cuota con Cadena Perpetua, festejando sus primeros 30 años de carrera (en noviembre lo hacen en el Luna Park). Las melodías con olor a clásico de Árbol dejaron en claro que tenemos a la agrupación de Haedo devuelta y en plan de quedarse (además tuvieron al Mono de Kapanga de invitado). El final llegaría a pura orquesta y baile con Dancing Mood. Hugo Lobo y los suyos, son el claro ejemplo que en la música no hace falta palabras para envolver a las almas melómanas.

Sobre el escenario Quilmes, la amplitud de propuestas tampoco fue la excepción. La Whillington (agrupación marplatense con 20 años de rodaje) rompió el silencio con una actuación celebrada por los tempraneros, mientras que Insobrio le puso metal a la fecha de clausura del festival. El clima se fue poniendo más festivalero con los shows de Andando Descalzo y Kchiporros (de Paraguay). El histrionismo de Massacre y la contundencia de Eruca Sativa (que incluyeron una soberbia versión de “Eleanor Rigby” de Los Beatles, alternando las funciones de cada uno de los músicos) ya confirmaba que todos estábamos frente a otra noche de alto vuelo. Kapanga (presente en las seis ediciones y con el cantante de Kchiporros de invitado) se convirtió en la mejor fiesta para anticipar el broche de oro que todos estaban esperando. El show de Ska-P coronó el festival frente a un público que estalló de satisfacción en cada canción de los españoles.

De esta manera Rock en Baradero dejó la vara bien alta y ya abre sus puertas para una nueva edición, porque la ceremonia del verano es una fija en los calendarios y se vive a pleno cerca del río.

Txt: Martín Pozzo – Javier Arbuatti
Fotos: Sebastián Ballieri

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