Dios atiende en CABA

Music Wins: el festival de música independiente más relevante del país vivió su edición más convocante en una jornada inolvidable

El 2 de noviembre, Music Wins volvió a hacer historia en Mandarine Park con su cuarta edición. Fue la edición más grande y convocante del festival hasta el momento, con cuatro escenarios y más de 20 artistas en escena. Un line up internacional y curado, una propuesta que trasciende lo musical y una comunidad fiel consolidaron una experiencia que reafirma su identidad única en la escena.

Con más de veinte bandas distribuidas en cuatro escenarios y una propuesta curatorial que unió a leyendas internacionales con lo más vibrante de la escena local, la jornada fue una verdadera celebración al aire libre, a orillas del río y bajo un cielo que acompañó de principio a fin.

Desde temprano, el público fue llenando el predio con la ansiedad y la alegría de reencontrarse con un festival que es sinónimo de descubrimiento, de sonido cuidado y de respeto absoluto por los artistas. Mandarine Park, que ya había sido sede del primer Music Wins, demostró una vez más que conoce a la perfección el pulso del evento: un espacio abierto y luminoso, donde la música fluye naturalmente entre los árboles, el río y la gente.

LOS SHOWS INTERNACIONALES: UNA LECCIÓN DE CURADURÍA

Cada presentación fue una muestra del espíritu que distingue al festival: esa mezcla precisa entre historia, riesgo y sensibilidad musical.

Massive Attack ofreció uno de los momentos más intensos de la jornada, con un set profundamente emocional y visualmente hipnótico. Canciones como «Teardrop», «Angel» y «Safe From Harm» resonaron como himnos en un show que confirmó su estatus como una de las bandas más visionarias de las últimas décadas.

En una muestra más de su compromiso artístico y sensibilidad escénica, la banda decidió ajustar el horario de su presentación tras notar la cercanía del predio con el aeropuerto. Después de investigar los horarios de despegue y realizar pruebas durante la tarde, descubrieron que pasaban 23 segundos desde que un avión se posicionaba en pista hasta que comenzaba a generar ruido.

Para que los momentos más climáticos del set coincidieran con los intervalos de silencio aéreo, una persona del equipo se ubicó con vista directa a la pista y fue avisando en tiempo real a la banda para que retrasaran apenas el inicio de ciertos temas. Así, lograron sincronizar los vuelos con los pasajes más suaves del show, elevando aún más la experiencia sensorial del set.

Primal Scream trajo el fuego del rock y la psicodelia con Bobby Gillespie al frente de una banda que sonó afilada, urgente, vibrante. «Loaded», «Movin’ On Up» y «Rocks» marcaron los puntos más altos de un show que puso a bailar hasta al público más contemplativo.

L’Impératrice deslumbró con su elegancia disco y su pop francés cargado de groove: una invitación irresistible al movimiento. The Whitest Boy Alive , el dúo integrado por Erlend Øye y Marcin Öz, regaló un set tan preciso como cálido, donde la sutileza de sus melodías y el pulso funk minimalista encontraron eco en cada rincón del predio. Yo La Tengo , en tanto, ofreció una actuación eléctrica y expansiva que funcionó como contracara perfecta del show acústico que habían dado la noche anterior en su sideshow en Deseo, una presentación íntima que sirvió para encender la llama del festival antes de su estallido sonoro en Mandarine.

Y mientras los ecos de la jornada todavía flotan en el aire, Music Wins anticipa su cierre de lujo con Primal Scream el lunes 3 de noviembre en C Art Media, una cita que promete prolongar la magia del fin de semana y darle un broche de oro al regreso más esperado del año.

EL ESCENARIO NACIONAL: DIVERSIDAD, FRESCURA Y ACTITUD

La música argentina volvió a ocupar un lugar protagónico. Winona Riders encendió la tarde con su rock crudo y directo, mientras Camionero desplegó su impronta garajera y psicodélica. Juana Aguirre emocionó con su voz y su sensibilidad, Evlay llevó la experimentación electrónica a un plano casi espiritual, e Isla Mujeres envolvió al público con su psicodelia pop.

Fonso y Las Paritarias aportaron su energía combativa, Sakatumba desató pogo y sudor, y OK Pirámides reafirmó su legado dentro del indie argentino. A su lado, propuestas como Socorro, Hannie Schaft, Ale Cares y los Magos Farciar, Máze, Nina Suárez y Terrores Nocturnos aportaron frescura, riesgo y nuevas narrativas sonoras que confirman la vitalidad de la escena local.

LA EXPERIENCIA MUSIC WINS: VIVIR LA MÚSICA CON TODOS LOS SENTIDOS

El corazón del predio fue el Time Out Garden, un espacio gastronómico especialmente curado para el festival, con propuestas aptas para celíacos, veganos y vegetarianos, además de opciones clásicas y gourmet. Pensado para disfrutar entre shows, combinó cocina, creatividad y espíritu porteño, en un entorno relajado frente al río.

Entre las propuestas destacadas, Ti Amo Pizzería presentó sus pizzas napolitanas de masa madre y focaccias; Tita La Vedette ofreció pastas artesanales 100% a base de plantas; Koko Bao Bar desplegó sus baos y cocina asiática con acento local; Abreboca reversionó la comida criolla; Cucha del Pari llevó su espíritu street food latino; y La Cabrera sumó su clásica propuesta de parrilla argentina, con cortes de primera y un inconfundible sello porteño. Para los más golosos, hubo pastelería artesanal de Maru Botana, las clásicas tortas de ricota de Gino El Capo, helados de Scanapiecco y café de especialidad de Lab Café.
Y porque escuchar música también es brindar, las barras y marcas presentes en el festival como Johnnie Walker, MG, Gordon´s y Stella Artois ofrecieron distintos espacios para disfrutar de un trago mientras sonaban los primeros acordes de una canción o el cierre de un show inolvidable.

Entre los recorridos del predio también se destacó el universo artístico del Music Wins. Revolver ft. Music Wins presentó su cápsula de indumentaria especialmente creada para el festival y una nueva edición de Café Polenta, con DJs y aroma a café. Galería Local desplegó intervenciones con lo mejor del arte contemporáneo argentino, acompañadas por Turista de Barrio Filmclub, que ofreció cámaras descartables para retratar la jornada desde la mirada del público. Y entre esas postales, las serigrafías originales de George Manta brillaron como piezas de colección que capturaron el espíritu del festival.

UN FESTIVAL QUE YA ES LEYENDA

Con una energía desbordante y un público que celebra la música con absoluta entrega, Music Wins 2025 confirmó por qué es mucho más que un festival: es una declaración de principios.

Una celebración que defiende la música por sobre todo , donde cada elección del line-up responde a una búsqueda artística genuina, sin concesiones. Una jornada en la que los artistas tocaron para un público que realmente escucha, que se emociona, que aplaude canciones desconocidas con el mismo fervor que un hit.

En cada abrazo entre amigos, en cada baile frente al río, en cada silencio respetuoso entre tema y tema, se respiró el mismo espíritu que hizo grande a las primeras ediciones: la convicción de que la música, cuando se hace y se escucha con amor, gana siempre.
Con cuatro escenarios, más de 20 artistas y una producción que volvió a superarse, esta fue la edición más grande y convocante hasta la fecha, consolidando un crecimiento sostenido edición tras edición.

La cuarta edición de Music Wins contó con la participación de marcas como Johnnie Walker, MG, Gordon´s y Stella Artois. Y media partners como: Now, Blender, Billboard, Futurock, Indie Hoy, Time Out, Palermo Off y DOT Baires Shopping.

 

 

 

 

 

 

Noticias relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *